Centenario del inicio de las actividades apostólicas y sociales de Magdalena Aulina Banyoles, 14 mayo 2016 El día 14 de mayo de 2016, en Banyoles, tuvo lugar la solemne apertura del año del Centenario del inicio de las actividades apostólicas y sociales de Magdalena Aulina. Justamente un día antes del 60 aniversario de su dies natalis.
A Magdalena le confiamos nuestra oración por todos: por quienes han podido estar presentes y por cuantos nos han acompañado con su recuerdo y amistad.
Con todos vosotros deseamos compartir el mensaje de apertura del 'MAYO AULINIANO', y lo hacemos con las primeras palabras del pregón del Centenario: 'Te Deum Laudamus' (A tí, oh Dios, te alabamos).
Haciendo clic en este enlace podéis descargaros la edición extraordinaria de 'A la sombra de la Encina', que contiene el pregón entero, de Pina Milana.
Haciendo clic en el logo podéis descargaros la invitación y el programa de actos.
Si queréis ver algunas de las fotografías de la jornada podéis hacer clic aquí.
Por último, compartimos con todos vosotros un artículo delicioso de la periodista Paloma Gómez Borrero, a modo de crónica del acontecimiento. ¡Gracias Paloma!
Fue en Roma cuando Monseñor Piero Marini, el jefe de las ceremonias litúrgicas del papa Juan Pablo ll, me presentó a las Operarias Parroquiales que vivían no lejos de mi casa, y a dos pasos de la plaza de san Pedro, en la avenida de la Conciliazione.
Estuvimos merendando con ellas y recuerdo el amor con el que me hablaron de su fundadora, Magdalena Aulina, de su carisma, de cómo hizo una revolución de amor en su Banyoles natal....
Conocí también en aquella ocasión a Misericordia, la señorita Misericordia, que tenía conquistada a media Roma. A partir de aquella tarde, fueron muchas otras las que pasé con ellas y cada vez iba descubriéndolas más y, descubriéndolas, admirándolas...
Lo que no imaginaba es que, muchos años después, estaría a orillas del famoso lago catalán, l’Estany de Banyoles, en la patria chica de Magdalena Aulina, en su propia casa, en el jardín al que se asomaba desde la terracita de su cuarto, y en una fecha tan significativa como el centenario, festejándola con sus hijas y con infinidad de personas que la veneran como “santa”, aunque no haya sido todavía oficialmente proclamada.
Pina Milana, la Directora General del Instituto, me pidió que moderara la mesa en la que, presidida por el Sr Obispo de Girona, Mons. Francesc Pardo, y la propia Pina, y tres mujeres (las definí "las tres magnificas"), desgranaron recuerdos, vivencias, y dieron esplendidos testimonios de evangelización tras las huellas de Magdalena. Creo que ninguno de los que acudimos a esta cita inolvidable podrá olvidarla. A este rincón de verde y agua, famoso internacionalmente por las competiciones de regatas, habían llegado de diversos puntos de España, desde el Sur al Norte, de Francia, Portugal, Italia, de América y de África. Una ONU de cariño y devoción a la Madre Aulina, congregados con el único fin de evocar su figura y sus enseñanzas.
Por la mañana, en la Iglesia parroquial donde Magdalena fue bautizada, y bajo la dulce mirada de María, una de las imágenes de la Virgen con el Niño, que desprende mayor belleza y ternura, el Obispo, Don Francesc Pardo, celebró la santa Misa y dirigió una homilía preciosa, rica de reflexiones y puntos para meditar. Acompañaron la liturgia las voces del coro de “Teatre” de Banyoles, dirigido por David Costa, que pusieron, nunca mejor dicho, la nota musical a la ceremonia.
Después del saludo de la Directora General, el coro estrenó el Himno del Centenario, musicado por el maestro Tullio Visioli.
Del templo parroquial se continuó la fiesta-homenaje en la finca “Casa Nostra”, un paraíso rodeado de árboles y plantas, donde habían instalado una gigantesca carpa, ya que los invitados al almuerzo eran muchísimos. Por no faltar hasta estuvieron dos alcaldes, ya que la finca “Casa Nostra” está enclavada en dos municipios y ambos ediles quisieron asistir. Ninguno de ellos quiso faltar. Como me explicaron: “es que Magdalena Aulina no es sólo nuestra... ¡es de todos!
El menú estuvo en consonancia con la fiesta, empezando por los entremeses y terminando con el dulce y el brindis. Y tras un paseo relax por el inmenso parque, inició la mesa redonda que tuve el privilegio de moderar. La profesora emérita de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, Sra. Alba Dini Martino, expuso con detalle y en profundidad conceptos claves en la vida de Magdalena Aulina, la importancia de la familia, de la educación y de la enseñanza del Evangelio y como se adelantó, en muchos aspectos, al Concilio Vaticano II. Su intervención fue realmente una lección magistral. La doctora Dini, una mujer elegante y muy culta, habló en italiano, pero para eso teníamos a la señorita Pina, que hizo la traducción simultánea.
Roser Juncà, hija del médico amigo de Magdalena, contó episodios deliciosos de su niñez vinculados con la Madre y que su padre les trasmitió con especial cariño. Roser contó mil cosas que nos deleitaron. Se fue animando a medida que recordaba, y a pesar de que me confió antes de empezar la mesa redonda que "le daba mucha vergüenza hablar en público y sólo de pensarlo se quedaba muda", la verdad es que fue un placer escucharla. Emocionó por su sencillez, su espontaneidad... y hasta nos hizo una confesión: "formo parte, dijo, del grupo de señoras que trabaja en un taller de las Operarias donde lo pasamos muy bien, aprendemos a hacer mil labores y yo estoy especializada en hacer dobladillos". El aplauso con el que subrayó el público su intervención fue la prueba de lo muchísimo que les había gustado.
El aspecto más de actualidad lo afrontó, como era de esperar, la ex consejera de la Generalitat, Irene Rigau. Expuso la situación de educación y cultura en la política de hoy; el derecho de los padres y el deber de los gobiernos en los campos de la enseñanza, cultura y religión porque, como decía papa Juan Pablo II y papa Benedicto, "así como es la familia, así es la sociedad", y la familia es la célula primordial de un pueblo. Irene expuso también el vía crucis que, durante años, sufrió en su tarea evangelizadora Magdalena Aulina, las incomprensiones y los obstáculos que encontró en su camino y cómo los vivió como una prueba que Dios le pedía: siempre obediente a la Iglesia, y siempre aceptando el sufrimiento sin rebelarse y ofreciéndoselo al Señor.
El broche de oro a la mesa redonda lo puso el Sr. Obispo de Girona, que al igual que en la homilía de la Misa ensalzó la misión de la insigne hija de Banyoles y reconoció que a veces en la Iglesia, como se ha demostrado a lo largo de la Historia, “hay hombres que cometen errores”. Una clara alusión a los años “difíciles" de Magdalena, a las incomprensiones que vivió y a la hostilidad del Obispo de entonces.
La Directora General terminó dando a todas las gracias por su presencia y anunciando, como colofón, un espectáculo de danzas precioso que levantó el aplauso interminable de cuantos llenaban la carpa.
El toque navarro lo puso la Sra. Hilde, que cantó una bravía jota dedicada a Magdalena Aulina. Una jota que el grupo llegado de Navarra quiso ofrecer acompañándola con el buen vino de su tierra.
Fue una jornada que se podría resumir con tres palabras con la "A“, y que se conjugaron de manera espléndida “Admiración, Amistad y Alegría”.
Seguro que arriba en el Cielo nuestra amada Madre Magdalena Aulina no dejó de sonreír.
Paloma Gómez Borrero periodista
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