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Preludio
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Tuyos
somos y por Tí vivimos
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Trascrito
por Filomena Crous, música de Antonio Pérez Moya, Bañolas
1940.
Almas grandes
de corazón noble / llenas de sublimes ideales, / solo en
Dios los podréis ver saciados / en su amor y bondad eternales;
/ si el Señor infundió en nuestra mente / el deseo
de hallar un camino, / de la tierra al Cielo el atajo, / secundemos
tanto amor divino.
Y al haber hallado en Casa Nostra / de apostolado amplia esfera,
/ consagrémonos en cuerpo y alma / al Señor en su
Obra que espera / para ver extendido en el mundo / un obrar que
a los Cielos cautive / y a las almas al bien las acerque / el ejemplo
de quien por Dios vive.
Casa Nostra horizontes ha abierto, / oh Señor! ya puedes
acercarnos / cuantos busquen a Ti y no te encuentren / pues de Ti
llenos, vamos a darnos / esparciendo la paz y la dicha / que solo
en Casa Nostra sentimos; / con nosotros estás Jesús
nuestro / tuyos somos y por Ti vivimos.
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Jesús
cerca un cor
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(Entrega
de l'ánima a Jesús)
1. Jesús cerca un cor / amb dolça mirada, / vol dar-li
el tresor / de la serva amor / i en ell fer-hi estada.
2. Jesús de ma vida / he sentit la veu / de la teva crida.
/ -Aquí em tens rendida / el meu cor és teu.
3. El cor que camina / entregat a Déu / no sent cap espina;
/ l'entrega divina / li alleuja la creu.
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Casa
Nostra llama al mundo con amor de caridad
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Transcrito
por Rosario Agell, música de Antonio Pérez Moya, Bañolas
1940.
1. Venid, venid,
Casa Nostra os convida, / los que lloráis al peso del dolor;
/ aquí hallará consuelo vuestra herida / y el manantial
del bálsamo de amor. / Venid, venid, los que el mundo os
rechaza / lejos de sí, cruel y sin piedad, / que Casa Nostra
a todos os abraza / con verdadero amor de caridad.
2. Venid, venid, que muy dulce acogida / recibiréis en esta
gran mansión; / el que enfermó recobrará la
vida / y el pecador impulso a perfección. / Venid, venid,
los que buscáis firmeza / para vencer al mundo tentador;
/ nos dice Gema: yo os doy fortaleza / para luchar siempre con más
ardor.
3. Venid, venid, niños, vuestra inocencia, / cual bella flor,
nuestra Obra guardará, / aprenderéis la verdadera
ciencia / de amar a Dios que os santificará. / Venid, venid,
ancianos que ya cerca / la muerte oís, sin temor acudid /
que de la Patria al abrirse la puerta / podáis volar de Casa
Nostra allí.
4. Venid, venid, que no os faltará amparo / cuantos buscáis
un techo acogedor, / que en hermandad de amor, nos será faro
/ la caridad que nos mostró el Señor. / Venid, venid,
que Casa Nostra os llama / presto, que a todos quiere prodigar /
aquel amor que el corazón inflama / y que tan solo Dios nos
puede dar.
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La
mística nave
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Trascrito
por José Luis MarTi Rocafort, música de Antonio Pérez
Moya, Bañolas 1940.
1. A Tí
acudimos, Virgen María / que Casa Nostra hacia Tí
va, / mándale Madre Tú cada día / a Casa Nostra
que en Tí confía / la fe, esperanza y la caridad.
2. Es Casa
Nostra mística nave / donde en los mares de la impiedad /
se halla el refugio y el amor sabe / dar a sus remos impulso suave
/ que da a su marcha seguridad.
3. A todos
brinda una esperanza, / Gema nos guía, no hay que temer!
/ Es nuestra Madre quien nos alcanza / aquel impulso con que se
avanza / bajo las alas de su poder.
4. En esta
Barca el mundo cabe, / si ahora es pequeña, grande será
/ que alimentada de amor, no sabe / negar refugio la escelsa nave
/ y quien va en Ella se salvará.
5. El sacrificio
abre el camino / y a quien más ama más fácil
le es / sufre la Madre y a ensefíar vino / llena de fuego
de amor divino / a que lo hagamos también después.
6. Va Casa
Nostra siempre hacia el Cielo / dándole al alma la libertad,
/ Dios rescatarla fué el grand anhelo / y a Casa Nostra le
dió su celo / para salvarla de la impiedad.
7. Contra la
nave el mundo lanza / olas de cieno y de incomprensión /
es porque el cieno siente venganza / pues Casa Nostra del Cielo
alcanza / hacer del mundo otra redención.
8. Almas queridas,
Jesús nos llama / mediante estrella de su bondad, / Gema
es la estrella, su luz nos viene, / si es más oscuro, más
poder tiene / para mandarnos su claridad.
9. La fe ilumina
nuestro camino / el Cielo espara, abierto está, / si comos
fieles a aquel destino / bajo la lumbre de amor divino / con Casa
Nostra se poblará.
10. mientras
la nave va navegando / puesta en el Cielo nuestra ilusión
/ los marineros vamos cantando / y con los remos acompasando / con
nuestra Madre esta canción.
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Si
a Jesús yo quiero amar
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Trascrito
por Dolores Terradas, música de Antonio Pérez Moya,
Bañolas 1936.
1. Si a Jesús
yo quiero amar / no hay quien lo impida; / si con Él yo quiero
estar / en muerte y vida.
2. Nada contra
mí podrá / cualquier intento, / si Jesús conmigo
está / fuerte me siento.
3. Desde que
a Jesús me di / nada me espanta, / sé que siempre
está Él en mí / y mi alma canta:
4. "Soy
de Jesús, todo amor / -oh alma mía- / si Él
es mi Dueño y Señor / ¿quién temería?
5. Fue el amor
que consiguió / tan dulce cosa / amor que quien lo sintió
/ ya no reposa,
6. si no entrega
el corazón / con fe sincera / a Dios, cuya posesión
/ tan sólo espera.
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El
divino taller
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Transcrito
por José Luis Martí de Rocafort, música de
Antonio Pérez Moya, Bañolas 1946.
1. Tu taller delicioso, donde juntas ternuras / de Jesús
y María, bondadoso José, / nos recuerda que en medio
de tareas muy duras / se halla Dios como centro de una vida de fe.
2. En tu casa,
modelo de oración y trabajo, / dignifica Dios-Hombre las
tareas de aquí, / que derrama a la tierra, a lo humilde,
a lo bajo, / su sudor, que a ella cae y enriquécela así.
3.¡Oh,
Sagrada Familia!, con tu ejemplo has logrado / mitigar nuestras
penas con recuerdo feliz; / lo divino y lo humano Nazaret ha juntado
/ en las manos callosas del divino aprendiz.
4. El divino
anatema sobre Adán recaído: / "Con sudor de tu
frente ganarás ahora el pan". / Hoy Jesús lo
comparte; para sí lo ha querido, / redimiendo su esfuerzo
del pecado de Adán.
5. Obediente
trabajo el Señor ejecuta. / Casa Nostra, atraída de
su ejemplo, va en pos; / ya no es cosa de esclavo del trabajo la
ruta, / si obediencia y trabajo son la obra de un Dios.
6. Nuestros
miembros, unidos a Jesús trabajando, / hallarán sus
impulsos y divino vigor; / nuestra alma, a él unida, que
la está contemplando, / hallará sus dulzuras y aliento
de amor.
7. Al ganar
el pan nuestro que sostiene la vida, / si esa vida es de Cristo
para él el pan es. / La labor que ahora hagamos nos será
resarcida / con la gloria que juntos gozaremos después.
8. Dios nos
llama a ayudarle siempre, en todo trabajo, / al que Dios involucra
su divino poder. / El amor con que se hace vale más que el
destajo / en quien quiera ser parte del divino taller.
rascrito por Dolores Terradas, música de Antonio Pérez
Moya, Bañolas 1936.
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Una
nave está vacía
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Trascrito
por José Luis Martí Rocafort, música de Antonio
Pérez Moya, Bañolas 1944.
Virgen Santa,
cada día / mucho más te haces amar, / y al no verte
Madre mía / mi amorosa fantasía / piensa en Ti mirando
al mar. / Mar que te recuerda tanto / y del Cielo es su color, /
que es azul como tu manto / que es amargo cual tu llanto / y es
inmenso cual tu amor. / Limpio mar, mar transparente / sin que obstáculo
allí esté / que interpuesto se halle en frente / para
ir a otro continente / cuando el paso abre la fe.
Cuando veo tu
oleaje / mi alma siente aún más afán; / cada
ola da coraje / pues parece cual mensaje / de otras almas que allí
están... / Quiero yo Virgen María / en tus mares navegar;
/ para hacer la travesía / una nave está vacía
/ que se cansa de esperar. / Casa Nostra me ha encendido / vocación
de apóstol ser, / mientras Gema ha conseguido / que del mundo
sienta olvido / mis cadenas al romper.
Si algo impide
mi camino / presto dame libertad! / Llamamiento oigo divino / que
me impulsa hacia el destino / de ejercer la caridad. / Que allí
está Jesús sediento / y a calmar su sed quiero ir.
/ Gema llama, sopla el viento, / ¡Pon mi nave en movimiento
/ o de sed hazme morir! / Que en mi alma, Madre mía / amor
arde sin cesar, / y pensando en Ti, María, / más se
enciende cada día / con recuerdos que da el mar.
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Como
un inmenso árbol
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Trascrito
por Dolores Terradas Soler, Bañolas 1948.
1. Como un
inmenso árbol / que crece en tierra Hispana / pareces Casa
Nostra / creciendo más y más. / Estás en nuestra
Patria / de historia tan mariana: / tus frutos dan semillas / que
al mundo extenderás.
2. Contemplo
tus raíces / muy grandes y humilladas; / hundiéndose
en la tierra / se aumenta tu crecer; / parecen que recojan / las
cosas olvidadas / de Cristo y su Evangelio / que al mundo han de
volver.
3. Miradas de
María / nos muestran un anhelo: / la vida de purezza / de
la que Ella es caudal; / bajo la azul techumbre / que ofrece hispano
Cielo, / enseña esa doctrina / el Casal Parroquial.
4. Como frondosa
copa / pareces ser emblema / de firmes esperanzas / tras la realidad;
/ de verte protegida / por nuestra Santa Gema, / modelo de Esperanza
/ de Fe y de Caridad.
5. Eres robusto
tronco / que envías a tus ramas / la savia que almacenas
/ del "Darse" en hacer bien; / las hojas en su copa /
mantienes mus lozanas / porque arraigas en Cristo / que es tu vida
y sostén.
6. Yo anhelo
de esas hojas / el verde colorido / que en pleno apostolado / sepa
esparcir su luz. / Deseo cual sus ramas / estar robustecido / con
vocación muy firme, / con savia de la Cruz.
7.¡Oh
gran apostolado! / Tu sombra bienhechora / lo irraduará constante
/ la Obra con amor, / ofreciendo consuelo / a quien ayuda implora
/ y una dulce acogida / a quien baña el dolor.
8. Yo quiero
de ese árbol / ser cálida semilla / que al mundo entero
esparza / su gran feculdidad, / con nave cuyos mares / los rasque
con su quilla / que selle mis trabajos / con la fedelidad.
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Junto
al lago de Bañolas
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Junto al lago
de Bañolas / nuestra Madre Magdalena / siendo aún
niña como todas / demostró estar de Dios llena.
En las aguas
cristalinas / el Cielo se reflejaba. / Se acercó junto a
la orilla. / Su belleza la extasiaba.
"¡Qué
precioso es el Cielo / lo que aquí Cielo llamamos! / Mas
el Cielo sólo es Dios, / y es por Él que suspiramos".
La niña
en sus pensamientos / todo esto se decía, / meditaba el Cielo
Dios, / y de allí no se movía.
Mas aquel Cielo
precioso, / ¡Cuántas almas no lo habrán! / e
hizo el voto silencioso / de lograrlo con su afán.
De trabajar
por las almas, / por su bien y conversión. / ¡Eran
sueños de una niña!. / Y era ya una vocación.
Era Dios que
preparaba / otros días y otra hora. / Era Dios que señalaba
/ la futura Fundadora.
Muchas almas
Madre nuestra / has ganado para Dios, / las nuestras has conquistado.
/ ¡Te seguiremos en pos!.
Para gloria
del Amado / trabajaremos con celo. / Para salvar muchas almas /
como fué siempre tu anhelo.
Junto al lago
de Bañolas / la Madre miraba al Cielo. / El recuerdo de 'Bañolas'
/ nos eleve más al Cielo.
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Cantar
de amor divino
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Trascrito
por Filomena Crous, música de Antonio Pérez Moya,
Bañolas.
Oh de amor
divina hoguera / en que te abrasas, Jesús, / Casa Nostra
solo espera / vivir de amor y en la Cruz, / pues en Ella más
podremos / nuestro amor refrigerar, / en Cruz, por Ti entonaremos
/ de amor divino cantar.
Con dardo de
amor sagrado / nuestras almas ven a herir, / por Ti ardiendo, Dulce
Amado / de amor podamos morir, / y volar así a tus brazos
/ por toda la eternidad, / benditos, sublimes lazos / de amor y
fidelidad...
Amor que en
fusión culmine / te venimos a ofrendar, / danos tu fuego
sublime / que a nuestra alma haga vibrar / como en Jueves Santo
ardía / tu Divino Corazón / al quedarse Eucaristía
/ del Sagrario en la Prisión.
Si reserva te
nos diste / !oh lección del Dios de amor! / Si en Casa Nostra
encendiste / de apostolado el fervor / con nuestra Madre queremos
/ darnos a la humanidad, / hasta que implantar logremos / el reino
de caridad.
Ni reglas ni
normas faltan / para las almas salvar, / en nuestra Obra solo bastan
/ almas que sepan amar, / consumirse cual incienso / y exhalando
suave olor / atraigan con celo intenso / el mundo entero al Señor.
Oh divinos ideales
/ del vivir solo de amor / que hasta en cosas materiales / nos hablas
del Creador! / Fieles a Dios siempre obremos / que firmeza nos dará
/ trabajando hacia El volemos / que oración de amor será.
A la Virgen
nuestro espejo / suplicamos grande amor, / de amor divino un reflejo
/ que nos encienda en su ardor, / y nuestra Obra en Dios fundida
/ con el ejemplo hablará / viviendo en Cristo perdida / en
ella a Dios se hallará.
Fundirnos en
Ti en el Cielo / suspiramos oh Señor, / sacrificando este
anhelo / para darte más amor, / amor tanto que ya no pueda
/ como Gema, contener / nuestra alma, a quien nadie veda / de amor
santo siempre arder.
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Nuestro
himno de fidelidad
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Trascrito
por Miguel Terradas, música de Antonio Pérez Moya,
Bañolas 1942.
Fidelidad,
cantar de nuestra gloria, / somos de Dios y es éste nuestro
honor, / siempre adelante que la mayor victoria / alcanzaremos fieles
al Señor. / Oh suavidad y paz sólo sentida / pudiendo
en Casa Nostra trabajar; / no puede haber mayor gozo en la vida
/ que para Dios los días emplear.
Será
la fe, nuestra luz y firmeza / para el camino fieles proseguir,
/ si hay espinas iremos con nobleza / fidelidad cantando hasta morir.
/ Fidelidad que encierra el simbolismo / de como debe ser nuestra
actuación; / reflejo fiel que llegue al heroísmo /
de nuestra Madre, oh gran vocación.
A conquistar
las almas nos lanzamos / y derramar amor y caridad, / por nuestro
Dios con fe nos inmolamos / y prometemos gran fidelidad. / Vayamos
siempre donde más convenga / que en nuestra Obra límites
no habrá, / que Santa Gema a nuestro lado venga / y grandes
frutos Dios recogerá.
En cualquier
parte apóstoles seamos / y buen ejemplo esparza nuestro obrar,
/ a Dios roguemos y ya nada temamos / que El la semilla hará
fructificar. / Si somos fieles a las enseñanzas / de nuestra
Madre con gran rectitud / se mantendrá la brasa de esperanzas
/ de solidar así nuestra virtud.
A Casa Nostra
Dios nos ha traído / ¡oh magnitud de nuestra vocación!
/ eterno himno a Quien nos ha elegido / de gratitud eleve el corazón.
/ Para las almas seamos incansables, / la vista al Cielo sin desfallecer,
/ allí obtendremos premios admirables / si los escollos sabemos
vencer.
Fidelidad, refleje
nuestra frente / esta divisa hasta el mundo dejar, / que allá
en la Gloria con Gema eternamente / fidelidad, podamos entonar.
/ Mucho a Jesús amemos y a María / con vivo amor y
generosidad / que la Obra al Cielo eleve cada día / constante
himno de fidelidad.
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Mirando
al mar
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Trascrito
por M.ª Dolores Terradas, música de Antonio Pérez
Moya, Bañolas 1940.
Al mar mirando
en la hermosa alborada / cuando los astros pierden su fulgor, /
oh cuán adentro llega la mirada / de quien adora a un Dios
Creador. / Oh inmensidad tan llena de bellezas, / Dios te creó
con sólo su querer, / nos dice con tus sublimes grandezas:
/ Aquí está El con todo su poder.
Azul de Cielo
sus olas semejan, / muy blanca espuma forman al chocar, / por esto
en Ti los astros se reflejan, / pureza y Cielo quieres recordar.
/ Y contemplando tu llanura inmensa / el alma vuela hacia Dios más
y más / absorta en El, sólo en amarle piensa, / pequeño
ya parece lo demás.
Firme el peñasco
aguanta la embestida, / si inconmovible sabe resistir, / no podrá,
no, el agua embravecida, / su dura mole jamás destruir. /
La acción del mar es aquí bienhechora / que a los
peñascos embellecerá, / limándolos el agua
hora tras hora, / todas sus asperezas pulirá.
Así también
en la Obra la tormenta / que en contra suyo alzó la incomprensión,
/ es para ella impulso que la alienta / en el camino de la perfección.
/ Cuando la vista a lo lejos se enfoca, / tan sólo el horizonte
se vera, / parece que la tierra al Cielo toca, / de nuestra vista
huye el más allá.
Mas si tan corta
es la mirada humana, / el celo ardiente sabe descubrir, / almas
con las que Jesús nos hermana / también por ellas
quiso en Cruz morir. / A Casa Nostra en su apostolado / veremos
presto atravesando el mar, / llevar amor y paz al otro lado / y
muchas almas a Dios acercar.
Con la Cruz
santa en la Nave de Gema, / los mares todos hemos de seguir, / y
los colores que son nuestro emblema / en todas partes haremos lucir.
/ Mirando el mar cuando el día, decrece, / ante el Señor
queramos recordar, / que para muchos un día amanece, / que
allá a lo lejos ya el sol va a brillar.
Y cuando aquí
solo el silencio impere / que dulcemente el agua romperá,
/ el corazón en el Señor espere / rogando por los
que están más allá. / Al mar mirando en la
hermosa alborada, / al mar mirando el día al declinar, /
quien tiene fe, allí ve desplegada / la inmensidad de aquel
Dios que ha de amar.
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Los
ángeles en el misterio de la Encarnación
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Transcrito
por José Luis Martí de Rocafort, música de
Antonio Pérez Moya, Bañolas 1942
1. Dios te salve -Gabriel dice a María / de parte del
Señor- / y la estancia el cielo la invadía / de claro
resplandor. / Un lirio virginal se distinguía, / que a lirios
virginales engendró; / cortejo que al Arcángel le
seguía, / la estancia perfumó. / Nuestro ángel
un lirio llevaría, / ¡oh, flores de rosal! / Llevadle
nuestras flores a María, / cortejo angelical.
2. Casa Nostra
jardín es de María, / jardín es del Señor.
/ Santa Gema lo cuida noche y día / con desmedido amor. /
Las gotas de rocío matutinas / refrigerio a las flores van
a dar, / y luces irisadas y divinas / las vienen a adornar. / Del
rocío divino, almas ansiosas / sienten necesidad, / y van
a engarzar sus perlas más hermosas / a la virginidad.
3. Preciados
ángeles de nuestra compañía, / de Casa Nostra
las flores elevad. / Zumban sus alas con suave melodía: /
"!Marchemos juntos!, ¡vayamos a María! / ¡volad
también, volad!
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En
Casa Nostra mi vida transcurrirá
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Trascrito
por Filomena Crous, música de Antonio Pérez Moya,
Bañolas 1942.
Mientras mi
alma buscaba / donde hallaría el amor / que en el mundo no
encontraba / iba pidiendo al Señor:
"Dime mi
Dios lo qué quieres, / qué es lo que esperas de mí?
/ rendida a tu amor me tienes" / y su voz muy presto oí.
Y en el jardín
escogido / de la Obra ya formé / de mi alma el dulce nido
/ y a mi Dios me consagré,
Para vivir trabajando
/ de las almas el erial / para siempre renunciando / todo gozar
terrenal.
Y en Casa Nostra
mi vida / fiel a Dios transcurrirá / ¿si es su amor
quien me convida / mi entrega no aceptará?
Por nuestra
Obra, Jesús mío / trabajaré con ardor / pues
mis fuerzas solo ansío / emplearlas con amor
para las almas
salvarte / y tus planes secundar; / serte fiel y mucho amarte /
es ya solo mi pensar.
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Estás
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Estás
Magdalena Aulina / con tu luz sin sombras, con tu claridad, / estás,
presente en tu Obra / viviendo con ella en la eternidad. (bis)
Porque siempre
estás aquí, / sentimos tu vida en nuestro interior,
/ y andamos nuestro camino / contigo vibrando en un mismo amor.
(bis)
Estás
Magdalena Aulina, / en cada plegaria y en cada canción /
estás en nuestra alegría, / en nuestro trabajo y en
nuestra oración. (bis)
Porque...
Estás
Magdalena Aulina, / aunque te marchaste de Dios a gozar, / estás
con los que tú amas / dándoles la mano, dándoles
la paz. (bis)
Porque...
Estás
Magdalena Aulina, / llenando el ambiente con tu plenitud / estás,
tu presencia viva / infunde destellos de amor y virtud. (bis)
Porque siempre
estás aquí / nada en esta tierra tememos jamás
/ porque Magdalena Aulina / estás con nosotras, / estás
siempre estás. (bis)
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