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Magdalena Aulina nos dice: Recordad...
22 enero
¡Y la esperanza! Si la viviéramos y la practicásemos tendríamos siempre la mirada fija en el desear, en el suspirar, en el querer conseguir aquello que nos hace vivir tranquilos y alegres, seguros que los planes de Dios, pasen los días o los años, se cumplirán.
La hora de Dios se cumplirá siempre, pero cuanto más la deseemos, aunque parezca que no se hace nada, la adelantaremos. Porque hay veces que las cosas se entorpecen por falta de vibración. Hemos de desearlo siempre con una conformidad grande en la voluntad divina.
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